Todos esos “Vietnam” anunciados por el Che Guevara se han creado en un solo país llamado Venezuela
Rafael del Pino, EEUU | 16/02/2016 1:08 pm
A principios de 1965, cuando ya habíamos levantado cabeza en la organización y puesta en completa disposición combativa del primer grupo de aviones MiG con que llegamos a la base aérea de Holguín recibo un corto memorándum escrito, que me enviaba el comandante Diócles Torrealba, que ya fungía como jefe de la Fuerza Aérea, en que me decía textualmente: “Del Pino, necesitamos que hagas una selección de 7 u 8 subordinados de la raza negra y me envíes todos sus datos personales”.
Como no tenía la más ligera idea de para qué necesitaban a ese personal, hago la selección e incluyo en el grupo al teniente Barcelay, que era el jefe de toda la artillería antiaérea que yo tenía para la defensa de la base. Cuando me percato que iban a ser enviados fuera del país para cumplir “misión internacionalista” en África y que perdería a mi jefe de artillería pegué el grito en el cielo, pero ya era demasiado tarde. El teniente Barcelay desaparecía del mapa en cuestión de horas e iba a parar a las huestes del Che Guevara en el Congo.
Del 3 al 15 de enero de 1966 se celebra en La Habana. La Primera Conferencia Tricontinental de la OSPAAAL (Organización de Solidaridad de los Pueblos de Asia, África y América Latina) y en su primera sesión se lee el famoso Mensaje a la Tricontinental del Comandante Ernesto Che Guevara, con aquella arenga belicosa de “Crear dos, tres, muchos Vietnam…”
Claro que en aquel momento que se lee el “mensaje” casi nadie sabía que el argentino había salido como bola por tronera de su aventura congolesa el 21 de noviembre, escribiendo en su diario: “Mi tropa (cubana) es un conglomerado heterogéneo. Según mis cálculos podría conseguir hasta veinte hombres que me siguieran aunque, en adelante, sin entusiasmo. ¿Y qué haría después? Todos los jefes se retiran, los campesinos cada vez nos demuestran más hostilidad. Pero la idea de abandonar completamente el lugar e irnos como hemos venido […] me resulta profundamente dolorosa”
Pero no hay que ser escépticos. Los admiradores del aventurero argentino no deben desalentarse. Varias décadas después de perecer en Bolivia por sus espasmos napoleónicos y persistente tozudez; su grito de guerra ha logrado crear no tres o cuatro Vietnam como manifestó en aquella arenga, sino que probablemente sean más de diez. Lo que por desgracia, todos esos Vietnam se han creado en un solo país llamado Venezuela.
Vayamos a los números. En diez años que duró la guerra de Vietnam (desde el incidente del Golfo de Tonkin hasta los acuerdos de paz de Paris), Estados Unidos sufrieron 58.220 caídos en combate.
De acuerdo con la ONG Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), a fines de diciembre de 2015 Venezuela registraba la cifra histórica de 27.875 muertes violentas, lo que ubicaba al país entre uno de los más violentos de la región. La tasa de muertes para el año pasado, según sus datos, fue de 90 por cada 100 mil habitantes. “Una de cada cinco personas que mueren asesinadas en América es un venezolano”, subrayó el reporte del OVV conformado por investigadores de siete universidades públicas y privadas. Según datos estadísticos, las 27.875 personas que murieron de manera violenta en 2015 supera considerablemente la registrada en 2014, de 24.980, y la de 2013, de 25.000 muertes violentas. Por lo que solamente en los últimos tres años han muerto asesinadas en Venezuela 77.855 personas. Es decir que solo en ese periodo de tiempo en Venezuela hubo 19.635 más muertes que en toda una década de guerra en Vietnam.
Pero no vayamos tan atrás como la guerra de Vietnam. En la guerra en Irak (20 de marzo de 2003 al 18 de diciembre 2011) los norteamericanos sufrieron un total de 4.495 soldados caídos en combate. Es decir que en 7 años tuvieron la cuarta parte de las muertes violentas de un solo año en Venezuela.
La actualidad venezolana es tétrica. Bandas armadas ordenan a los ciudadanos abandonar las calles y paralizan barrios enteros para celebrar los velorios a sus líderes muertos y protestar por supuestos ajusticiamientos de la policía. Desde finales de enero esta situación de intimidación se ha dado en al menos dos ocasiones, cuenta un reportaje de la agencia Efe escrito por la periodista venezolana Nélida Fernández.
El 4 de febrero, el norte de la céntrica ciudad de Maracay amaneció inundado de volantes que advertían de que no debía circular nadie pues el día anterior había muerto un joven supuestamente a manos de la policía científica (CICPC).
El escrito se atribuye a José Gabriel Álvarez Rojas, conocido como “El Chino Pedrera”, presunto cabecilla de una banda criminal que en el pasado fue el líder de una cárcel de Aragua, el estado del que Maracay es capital. Indica asimismo que “los principales corruptos del Estado son los mismos órganos de seguridad”.
Otro suceso escalofriante ocurrió el 25 de enero en la ciudad de Porlamar, perteneciente a la isla de Margarita, donde un grupo de reclusos rindió homenaje a su exlíder Teófilo Cazorla, alias “El Conejo”, que murió tiroteado cuando salía de una discoteca.
Al día siguiente, cuando se realizó el entierro, mientras los presos disparaban al aire con armas largas y pistolas, en el interior de la cárcel, la banda exigió a los vecinos que no salieran a la calle para que la urna del delincuente circulara por la ciudad.
La oposición política, que ahora tiene mayoría en el Parlamento, anunció que abriría una investigación por el hecho de que los presos posean armas de guerra y solicitó la interpelación del ministro de Defensa, Vladimir Padrino, que aún no se ha realizado.
Para el director del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), Roberto Briseño León, “el nivel de organización del delito y del crimen en Venezuela está sustituyendo al Estado en algunos territorios”; además manifestó que estas bandas organizadas cuentan con financiamiento que les permiten ya tener efectivos en algunos casos de hasta 600 hombres además de armas y control sobre el territorio.
Pero analicemos estos interesantes datos estadísticos que hablan por si solos.
Tasa de asesinatos (asesinatos por 100.000 habitantes) desde 1998 hasta 2013.
Fuente: OVV, PROVEA* y UN.
La línea de la ONU entre 2007 y 2012 son datos proyectados.
Venezuela se encuentra actualmente entre los países con tasas de homicidios más altas del mundo. De acuerdo con Gareth A. Jones y Dennis Rodgers en su libro Violencia juvenil en América Latina: una perspectiva de pandillas y justicia de menores, la tasa de homicidios de acuerdo a cifras de PROVEA* en 1990 fue de 13 por 100.000 y aumentó a 25 por 100.000 en 1999. Jones y Rodgers continúan afirmando que “Con el cambio de régimen político en 1999 y el inicio de la Revolución Bolivariana, comenzó un período de transformación y conflicto político, marcada por un nuevo aumento en el número y tasa de muertes violentas” que muestran que en cuatro años el índice de asesinatos había aumentado a 44 por 100.000. Sobrepasando actualmente la cifra de los 90 por cada 100.000 habitantes. El último informe de la UNICEF en 2014, titulado Ocultos a plena vista, señaló que en Venezuela, junto con otros países de América Latina, la principal causa de muerte entre los varones entre 10 y 19 años de edad es el asesinato.
Sin ánimo de exagerar, todas estas estadísticas son el más firme indicativo de que Venezuela está en los albores de convertirse en un estado fallido al estilo Somalia o Yemen.
El castrismo no se conformó en convertir en ruinas la pequeña isla del Caribe. Han logrado lo que parecía totalmente imposible: empujar a sus discípulos chavistas al precipicio haciendo colapsar al país con uno de los mayores recursos naturales de Suramérica. Venezuela representa ahora la joya de la corona en la historia de desastres de Fidel Castro después de lo que le ocasionó a Somalia y Etiopía.
Pobres venezolanos, ningún pueblo se merece vivir en el delirio y el crimen.
PD: En el momento de terminar este artículo, 14 de febrero del 2016, han sido reportados ya 218 asesinatos en lo que va de mes y en el día de hoy han sido ingresados a la morgue 18 cuerpos.
*PROVEA: Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos es una organización no gubernamental (ONG) independiente venezolana dedicada a analizar la situación de los derechos humanos en Venezuela y a la promoción y defensa de los mismos. El trabajo de la organización, se resume en un informe anual que publica y distribuye a entidades públicas y privadas, nacionales e internacionales.